lunes, 12 de mayo de 2014

EVALUACIÓN DE PROYECTOS.

Una de las partes más importantes en la realización de un proyecto es la evaluación. A la hora de elaborar un proyecto socioeducativo, no podemos olvidarnos su diseño, ya que para conseguir una correcta evaluación de nuestro proyecto, ésta deberá de ser planificada con anterioridad.

Una vez tengamos claro lo anterior, nos puede surgir una pregunta: ¿Qué entendemos por evaluación?

Básicamente, la evaluación son un conjunto de técnicas o métodos que nos ayudarán a obtener información sobre nuestro proyecto, su puesta en práctica, su calidad y sus logros; en vistas a poder conocerlo y analizarlo con mayor profundidad y poder mejorarlo cuando sea necesario.

Según Tyler (1950), la evaluación de un proyecto trata de medir hasta qué punto se consiguen los objetivos, o si se han conseguido los efectos previstos. Esta perspectiva se centra, por tanto, en el grado de eficacia de nuestro proyecto, y requiere de una evaluación lo más objetiva posible.

Ante esta manera de entender las evaluaciones de proyectos que trabajan con personas, han surgido algunas críticas, como por ejemplo que no es posible medir de forma objetiva los cambios en el comportamiento de los grupos, o que se debería tener en cuenta a los destinatarios de la forma más integral posible, pues al fin y al cabo son ellos los verdaderos productores del programa y no podremos realizar una evaluación verdaderamente fiable sin que atienda a sus cambios, sus evoluciones y sus procesos.

Scriven (1976), entendía la evaluación  como una valoración, un proceso mediante el cual estimamos el valor o mérito del objeto que estamos evaluando, en este caso nuestro proyecto. Lo importante será, por tanto, valorar el cumplimiento de los objetivos, centrarnos en qué hemos provocado con nuestro proyecto.
Ahora que hemos tomado cierto contacto con el concepto de evaluación, vamos a comentar algunos aspectos importantes relativos a su diseño:

-          Es preferible utilizar instrumentos cualitativos que cuantitativos, aunque los complementemos con datos numéricos, pues de esta forma podremos realizar nuestra evaluación otorgando más valor al contexto y a la dimensión humana, ya que mediante datos subjetivos nos será más fácil obtener información sobre los procesos y no centrarla únicamente en los resultados, susceptibles de ser medidos con indicadores objetivos que podrían no representar la realidad de manera integral.

-          Hay que recordar en todo momento la importancia de evaluar todo el proceso y no centrarnos en el final o en los resultados obtenidos, aunque parezca que puedan ser lo más fácil de evaluar.

-          La evaluación ha de abarcar tanto los aspectos previstos del programa como todos aquellos que no esperábamos.

-          La evaluación tiene que realizarse desde todas las perspectivas para que tenga la suficiente profundidad y valore todos los puntos de vista. Para ello, debemos dar voz a todos los participantes del proyecto mediante técnicas como la triangulación.

A la hora de preparar la evaluación de nuestro proyecto, también es importante tener en cuenta que deberemos especificar que técnicas e instrumentos vamos a utilizar y a quién vamos a evaluar. Algunos de los más utilizados son:

-          Entrevista (estructurada, semiestructurada, libre o abierta).

-           Cuestionarios (cerrados, abiertos o mixtos).


-          Observación: la cual podremos realizar mediante sistemas narrativos con registros como diarios, anecdotario o notas de campo; o mediante sistemas categoriales, dónde se establecen previamente unas categorías a observar con una serie de ítems para ver si se cumplen.

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